No abandones a tu tabla de asado: ¡Es más que un pedazo de madera!

¿Alguna vez dejaste tu tabla de asado olvidada en un rincón de la cocina? ¡Error fatal! La tabla de asado es el alma de tus reuniones, la compañera fiel que soporta jugos, cortes y hasta algún que otro chiste malo. Aquí te cuento por qué no podés abandonar a tu tabla y cómo cuidarla para que dure más que ese amigo que siempre se olvida del asado.

¿Por qué cuidar la tabla de asado?

  • Es el soporte de tus mejores momentos: La tabla es donde preparás los cortes, apoyás el cuchillo y hasta se sirven las achuras. Una buena tabla hace que el asado sea más fácil y disfrutable.
  • Evita bacterias y malos olores: Si la dejás sucia o la exponés a humedad, se convierte en un criadero de bacterias. No queremos que el asado termine con sorpresas desagradables.
  • Dura años y años: Con un poco de cuidado, tu tabla puede acompañarte en cientos de asados, desde el primer chinchulín hasta el último vacío.

Cómo cuidar tu tabla de asado

1. Limpieza inmediata y adecuada

  • No la dejes con restos de comida ni jugos.
  • Usá agua tibia y un poco de jabón suave. Nada de lavavajillas ni remojarla toda la noche.
  • Secala bien con un paño limpio para evitar humedad.

2. Aceitá la tabla regularmente

  • Aplicá aceite mineral o aceite de oliva (no comestible en exceso) para mantener la madera hidratada.
  • Esto evita que se agriete y que absorba olores raros.

3. Evitá el lavado en lavavajillas

  • El calor y el agua constante pueden deformar y dañar la madera.
  • Mejor, lavala a mano y con cariño.

4. Guardala en un lugar seco y ventilado

  • La humedad es enemiga de tu tabla.
  • No la guardes en lugares cerrados o donde pueda mojarse.

Ejemplo real: La tabla de Don Pepe

Don Pepe, un asador de leyenda en el barrio, tenía una tabla que usaba desde hace más de 20 años. ¿Su secreto? La limpiaba siempre después del asado, la aceitaba cada mes y la guardaba en un lugar seco. Resultado: su tabla era el orgullo de la reunión, ¡y todavía le servía para cortar hasta el último chorizo!

En resumen

No dejes que tu tabla de asado termine en el olvido o peor, convertida en un nido de bacterias. Cuidala como cuidás tu asado: con dedicación, cariño y un poco de humor. Porque una buena tabla no solo mejora la experiencia, sino que también es parte de la tradición y la amistad que se vive alrededor del fuego.

¡Dale bola a tu tabla, que ella te va a devolver el favor en cada asado!